Asana es una palabra sánscrita que significa POSTURA. Cuando utilizamos este término en un contexto de yoga, nos estamos refiriendo a la práctica de secuencias de posturas (de yoga). ¿Por qué practicamos ASANAS? ¿Es YOGA lo mismo que la práctica de ASANAS? Sobre este tema existen en yoga dos corrientes de pensamiento bastante opuestas, por un lado están las escuelas tradicionalistas (que en su mayoría se encuentran ya en peligro de extinción) las cuales dan valor nulo a la práctica de asanas salvo las utilizadas para la práctica de meditación. En el otro extremo tenemos todas las escuelas de yoga moderna (Hatha/Vinyasa yoga) cuyo enfoque es mayormente o exclusivamente la enseñanza de asanas. Conforme uno avanza en el camino de yoga es imposible no empezar a cuestionarse ¿Cuál es el enfoque correcto? ¿Cuál es el enfoque auténtico? Para un maestro contestar esta pregunta puede tener un alto grado de sesgo según el tipo de yoga que se practique, si se pregunta a un maestro de Kundalini Yoga te dirá que la práctica de asana es una desviación de la tradición utilizada para comercializar yoga masivamente, pero si le preguntas a un alumno del KPJAYI te dirá que si una práctica no tiene asanas es una tomada de pelo. En estos casos lo mejor es no preguntarle a ningún maestro (también yo evitaré de inicio dar mi punto de vista sobre el asunto) y mejor ir a los fundamentos sobre los que cualquier escuela de yoga debe basarse… LOS YOGA SUTRAS de PATANJALI:
Los Yoga Sutras nos contestan una de las preguntas que habíamos planteado (¿Es YOGA lo mismo que la práctica de ASANAS?), la respuesta es NO:
¿Pero entonces de donde provienen las series de asana que se practican hoy? El primer texto que habló con detalle acerca de las técnicas de asana sin ser este su tema central fue el HATHA YOGA PRADIPIKA, escrito por Suatmarama en el siglo XV y del cual deriva el nombre con el que conocemos a la práctica contemporánea de yogasanas: Hatha Yoga. En este libro por primera vez se plasma la visión tántrica sobre el cuerpo físico como la primera capa de la existencia que debe ser purificada para acceder a las otras más sutiles (mente, espíritu), idea que contrasta radicalmente con las corrientes de pensamiento más antiguas que niegan la existencia del cuerpo físico (Vedanta) o lo ignoraban al considerarsele desconectado del mundo espiritual (Samkhya). El Hatha Yoga Pradipika enseña al yogi a controlar su cuerpo y su campo energético en aras de alcanzar estados meditativos profundos y elevar la energía Kundalini. Las técnicas descritas son kriya (purificación), asana (postura), pranayama (respiración) y mudra (técnicas mixtas de asana y pranayama). En el apartado de asana se incluyen 16 posturas meditativas que en su gran mayoría son variaciones de Padmasana (flor de loto). Durante cinco siglos este y otros textos perduraron solo como parte de una tradición esotérica en la secrecía de las cuevas de India, solo los “renunciantes” tuvieron acceso a este conocimiento a través de sus gurus. Fue hasta el siglo XX cuando estos escritos vieron la luz, esto sucedió a través de dos maestros que bajaron de las montañas (literalmente) para enseñar yoga en las ciudades a “no iniciados”, a la gente común, esto fue el inicio de yoga como lo conocemos hoy, estos dos maestros fueron T. Krishnamacharya y Swami Sivananda. A pesar de que los métodos de ambos maestros fueron distintos en forma, ambos coinciden en los aspectos fundamentales de la práctica, para los dos el objetivo era lograr la liberación espiritual a través de prologar sistemáticamente un estado de meditación profunda llamado Samadhi, descrito en los Yoga Sutras. Para entrar en Samadhi, el yogi debía primero purificar su cuerpo y dominar su energía vital (prana), las técnicas a utilizar eran las mismas que enumera el Hatha Yoga Pradipika: kriya, asana, pranayama y mudra. Hasta aquí observamos un alto grado de alineación con los Yoga Sutras y el Hatha Yoga Pradipika, la gran novedad en el caso de ambos maestros fue respecto a la práctica de ASANA:
Krishnamacharya y sus alumnos en el castillo de Mysore Es importante que sepas que lo que hoy conoces como yoga es una ramificación de alguna de las tradiciones ya sea de Krishnamacharya o de Sivananda. Si tu práctica es 100% basada en asana (como es en la mayor parte de los casos), seguramente te preguntarás ¿Qué pasó con las otras técnicas? ¿Por qué dejaron de enseñarse? La respuesta es ajena a yoga, hay varios factores:
Podríamos resumir esta historia diciendo que asana ha ido ganando gradualmente mayor relevancia desde el siglo III A.C. que se escribieron los Yoga Sutras a la fecha. Podríamos asumir que la práctica fue evolucionando (o involucionando) junto con el ser humano… es muy probable que hace 2300 años en un mundo sin medios de transporte, ni televisión ni comida chatarra, los hombres fueran generalmente saludables, fuertes, flexibles, con mentes perfectamente en calma, razón por la que Patanjali podía asumir que la gente estaba lista para sentarse a meditar sin ningún trabajo previo… también sería pensable que hace quinientos años Suatmarama haya detectado en sus sanniasins energías y mentes dispersas que ya no meditaban tan naturalmente como sus ancestros, necesitaban algunas nuevas técnicas para ayudarse, entre ellas algunas que los llevaran a la postura (asana) de meditación correcta… la historia del último siglo la conocemos bien, desde la revolución industrial a la fecha la salud física y mental del ser humano ha ido en un deterioro exponencial, maestros como Krishnamacharya y Sivananda al llegar a las ciudades se dieron cuenta de que ya no solo era la dispersión mental lo que impedía a la gente meditar, sino que sus cuerpos físicos eran ahora rígidos y débiles, ya las posturas del Hatha Yoga Pradipika eran irrealizables para la mayoría de los hombres, descubrieron que el primer trabajo era restaurar y reformar esos cuerpos, y así fue que desarrollaron la práctica de asanas. ¿Por qué debemos de practicar asanas? Después de hacer este breve recorrido por la historia de yoga, queda más que claro que la práctica a través de los siglos se ha ido modificando para adaptarse a las condiciones físicas y mentales de la humanidad, conforme la condición humana se ha ido alejando más y más del camino a la liberación se ha requerido agregar pasos previos a las prácticas de concentración y meditación. En resumen, a menos que seas un ciudadano indio de hace cuatrocientos años tu no naciste equipado físicamente para meditar, lo cual significa que tienes que preparar a tu cuerpo para hacerlo, y esto se logra mediante la práctica de asanas. La razón por lo que se requiere que el cuerpo sea purificado y pacificado es que en la meditación buscamos llevar la atención de la mente hacía adentro, un cuerpo enfermo, débil, rígido o inestable lo imposibilitará ya que constantemente estará llamando la atención de la mente hacía afuera, hacia las sensaciones. La práctica de asanas te dará un cuerpo físico perfectamente equilibrado, sano y lleno de energía, una vez que logres esto podrás olvidarte de él y mover la atención hacía las capas más sutiles de tu existencia. |
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